sábado

Termas de Vals 1/4

«Montañas, piedra, agua -construir en la piedra, construir con piedra, dentro de la montaña, construir fuera de la montaña, estar dentro de la montaña –, ¿cómo pueden ser interpretadas las implicancias y la sensualidad en la asociación de estas palabras? ¿Arquitectónicamente? Todo el concepto fue diseñado siguiendo estas preguntas; y todo aquello tomó forma paso a paso.» Peter Zumthor.









No existen muchos arquitectos que hayan construido un edificio que figura en la lista de obras protegidas del patrimonio en vida del autor, y menos a sólo dos años de su finalización.
Peter Zumthor no es un arquitecto cualquiera.
Para algunos, Zumthor es el mejor arquitecto vivo de la actualidad. Sus obras son pocas, pero logran una belleza trascendental y austera que surge de la tendencia regional de su obra (la mayoría de sus edificios se encuentran en Graubunden, el cantón más oriental de Suiza) y de una conexión sin igual con el material y los artesanos que hacen posibles sus edificios.



En el lado este de un pequeño valle del cantón suizo de los Grisones (Graübunden), a unos 1200m. sobre el nivel del mar, se encuentra la fuente termal que ha marcado el carácter del pequeño pueblo de Vals, organizado a lo largo del valle del río Valserrhein.
Junto a la fuente termal y al calor del agua que brota a 30º, se instalo un pequeño hotel-spa en 1893. El hotel se modernizo en 1960 convirtiéndose un complejo de baños termales, que sin embargo se quedó obsoleto a medida que las infraestructuras turísticas hicieron relativamente más accesible el pueblo.

En 1996, se inauguraba el nuevo edificio proyectado por Zumthor, después de dos años de
construcción y cuatro de proyecto. El encargo se hizo firme en 1990 a partir de un concurso que
se había ganado en 1986.








Zumthor enseguida entendió que la piedra (cuarzita/gneiss) local era el material perfecto para
construir el edificio, por su fortaleza, resistencia a flexión y tracción, resistencia ante las bajas
temperaturas y resistencia la abrasión mecánica. 60.000 piezas de esta piedra en diferentes
acabados y procesadas de forma diferente se usaron para construir el nuevo complejo.





El espacio interior, se genera de forma continua. Se desarrolla como una cueva geométrica , creciendo en tamaño a medida que se va alejando de las estrechas cavernas situadas en el lado de la montaña y se va aproximando a la luz de la parte frontal. En esta zona del edificio hay un cambio de percepción. El exterior penetra a través de grandes huecos y se funde con el sistema excavado de cavernas. El edificio en su conjunto se asemeja a una gran roca porosa.
En términos estructurales, los muros forman un compuesto homogéneo de bloques de piedra superpuestos y hormigón reforzado.. Todo está monolíticamente concebido.
El gran espacio continuo entre los bloques se construye secuencialmente. La perspectiva siempre está controlada, generando un juego de vistas y garantizando la singular calidad espacial de cada elemento de la secuencia, al tiempo que respeta su función y su significado en el conjunto.
El edificio se ha concebido como una estructura arquitectónica ordenada técnicamente que evita toda forma naturalista pero que remarca a su vez la idea de la excavación e implantación en el terreno.
Es una obra que tiene un claro impacto en su entorno, pero con un respeto digno del mismo que permite disfrutar de la belleza de ambos.









“Y el juego con las medidas de la arquitectura; el trabajo al servicio del tamaño correcto de las cosas está dirigido por el deseo de crear grados de intimidad, escalonamientos de cercanía y distancia. Me gusta colocar los materiales, las superficies y los contornos, brillantes o apagados, a la luz del sol, haciendo surgir misteriosamente masas profundas y graduaciones de sombra y oscuridad, a fin de que aparezca todo el encanto de la luz sobre los objetos. Hasta que todo concuerde.” Peter Zumthor




Arquitectos contemporáneos- Kester Rattenbury, Robert Bevan, Kiera

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